Enrique Pérez Fumero
enriquep@rect.uo.edu.cu
El encuentro con Jesús resucitado es un
acontecimiento que interpela, detiene el tiempo, cambia la vida de cualquier
persona. Al igual que le sucedió a los discípulos de Emaús cuando sintieron que
el corazón les ardía, los jóvenes de la diócesis santiaguera recorrieron este
camino durante la celebración de la Pascua el sábado 2 de mayo, en el seminario
San Basilio Magno.
El jubileo constó de 3 etapas. La primera de
ellas era una liturgia especial a cargo del padre salesiano Whilhem, que tuvo
por centro al texto del Camino de Emaús, en sintonía además con el nuevo plan
pastoral de la iglesia en Cuba. Aquí los jóvenes tuvieron momentos de reflexión
personal y colectiva e hicieron un camino con frases y hechos concretos que les
desaniman y les impiden vivir la fe. Una representación de Jesús les acompañó
en este proceso de discernimiento que culminó con el saludo de paz y la
fracción y comunión del pan, símbolo de unión al sacrificio único de Cristo.
Luego la Pascua juvenil devino fiesta musical
para compartir la alegría del resucitado. Dinámicas de participación, cantos y
competencias de bailes populares, junto con la actuación del grupo santiaguero
Los Guanches animaron la tarde noche de la jornada. Los jóvenes participantes
fueron al encuentro con Jesús y se renovaron porque el corazón les ardió. Ahora
les toca regresar al Jerusalén de sus vidas para hacer lío, como quiere el Papa
Francisco, y anunciar a un Dios vivo.